Nada supera las bondades de la fruta entera fresca, pero los zumos caseros, de vez en cuando, son siempre una mejor opción a los industriales, también en su versión más parecida a un refresco. Porque esta limonada de piña con un toque de jengibre es más una bebida para tomar ocasionalmente en días relajados, como alternativa a las bebidas comerciales.
Las cantidades de esta receta son un poco orientativas, ya que cada uno puede ajustar no añadir nada de azúcar ni edulcorante, ya que la piña es suficientemente dulce y me resulta más refrescante con el punto ácido del limón. El jengibre, usado con moderación, da un toque ligeramente picante que personalmente me encanta, y la hace más digestiva.