No suelo hacer muchas croquetas en casa, procuro evitar los fritos por lo calóricos que son, pero ultimamente me ha dado por ello y la familia está encantada. Las croquetas me parecen una de las mejores maneras que hay de aprovechar restos que tengamos en la nevera y estas croquetas de patata rellenas de morcilla y cebolla confitada son el resultado de ello.
Estupendas para sorprender con un bocado diferente por varias razones. La primera porque su masa no es la típica bechamel espesa, sino un puré de patata seco, y la segunda por su relleno, que va separado de la masa. Esto hace que estas croquetas de patata rellenas de morcilla y cebolla confitada sean muy especiales y diferentes a nada que hayáis probado jamás. ¿Os animáis a prepararlas?