Durante años pensé que las costillas de cerdo al horno, aún siendo deliciosas, eran un bocado un pelín seco para mi gusto. Hasta que descubrí la cocción doble o combinada de olla a presión y horno. Esta técnica no solo reduce considerablemente el tiempo de elaboración, sino que trae como resultado unas costillas al horno tiernas y jugosas.
Si a esta técnica le añadimos un glaseado a base de miel de ajo negro, entonces el éxito está garantizado pues obtendremos un plato para chuparse los dedos. Otra ventaja es que podemos semi-cocinar el costillar y dejarlo pendiente de ser horneado, con lo que es una receta muy adecuada para ocasiones en las que andamos ajustados de tiempo para cocinar. Vamos con la receta.