El aguacate se ha convertido en un básico de mi despensa, y no sólo por sus propiedades saludables, está buenísimo. Eso sí, acertar con el punto de maduración a veces es un reto, menos mal que a mí me gusta tanto firme como cuando se queda blandito y cremoso. En este último caso una buena idea es aprovechar para aportar textura a una ensalada templada como esta de patata con aguacate y vinagreta de mostaza.
La ensalada de patata se suele preparar con alguna salsa cremosa estilo mayonesa, pero suma muchas calorías y grasas poco recomendables. El aguacate maduro, al mezclarlo con los demás ingredientes, aporta ese toque sedoso que se amalgama con el aliño ligero y une todos los componentes de una ensalada que se puede disfrutar todo el año.
Ingredientes aproximados para 2 raciones medianas
- 1 aguacate mediano maduro, 6-8 patatas pequeñas, 2 tomates, 1 cucharadita de alcaparras, 1-2 cucharaditas de mostaza de Dijon (dependiendo de lo potente que queramos el sabor), 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra, 1/2 cucharadita de vinagre de manzana, 1/2 cucharadita de zumo de limón, un poco de agua, pimienta negra y sal.
Cómo hacer ensalada de aguacate y patata con vinagreta de mostaza
Lavar las patatas y cocer al vapor o en agua abundante, hasta que se puedan pinchar con un palillo. Escurrir y dejar enfriar un poco para poder manejarlas sin quemarnos. Cortar por la mitad o en cuartos, dependiendo del tamaño, y disponer en una ensaladera.
Lavar los tomates, cortar en piezas del tamaño de un bocado y añadir. Retirar la piel y el hueso del aguacate, trocear e incorporar a la ensalada. Añadir las alcaparras y mezclar. Preparar el aliño batiendo todos los ingredientes, cuidado con la sal ya que las alcaparras van saladas. Aliñar, mezclar y repartir en dos cuencos.
Tiempo de elaboración | 25 minutos
Dificultad | Muy fácil
Dificultad | Muy fácil
Degustación
Esta ensalada templada de patata con aguacate y aliño de mostaza se puede combinar en un menú con un segundo plato de carne, pescado o una proteína vegetal alternativa. Es perfecto para llevar en tartera o también para tomar en la cena, ya que no salen raciones grandes. Como plato único podríamos tomarlo en una sola ración más completa. Si troceamos más los ingredientes y los machacamos un poco se puede convertir en un relleno de bocadillo o tacos delicioso.
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