La masa o pasta brick, esa variante algo menos delicada que la filo, cada vez está más presente en cualquier supermercado y ofrece mucho juego en la cocina tanto para dulces como platos salados. Es ideal para formar paquetes cerrados, pero esta tarta de calabacín, berenjena y tomate demuestra que ofrecer el relleno bien a la vista de los comensales es mucho más tentador.
Con los bordes crujientes y la base fina y suave, este tipo de tartas saladas son mucho menos pesadas que otras opciones también muy apetecibles, como las cocas, empanadas o incluso la pizza. No resulta tan sencilla de cortar en porciones, eso es cierto, pero es tan fácil de preparar y tan rica, que es un detalle menor a la hora de disfrutar en la mesa.