El bocadillo es un invento maravilloso. La idea de meter cosas entre dos piezas de pan es tan simple como efectiva, ofreciéndonos todo un mundo de posibilidades de sabores, colores, nutrientes y texturas. Informal, transportable, versátil, saludable o pecaminoso; hay mil formas de preparar un bocadillo, y también muchas maneras de arruinarlo.
La primera norma para triunfar es emplear ingredientes de buena calidad, pero sería una lástima desperdiciar esa buena materia primera cometiendo algunos de los errores más frecuentes que pueden estropear un buen bocata. Para evitarlo a continuación repasamos los principales consejos y trucos que definen las reglas del bocadillo perfecto.