Seguimos en temporada de fresas y yo no quiero que se nos acabe sin que las hayamos aprovechado bien en la cocina. Está claro que son estupendas para dar vida a todo tipo de dulces y postres, pero también me gusta usarlas en platos salados. Este sándwich de pollo, queso de cabra, mozzarella y fresas hizo levantar una ceja escéptica a mi novio, pero quedó plenamente convencido al primer bocado.
Ya sabréis que me gusta tener sobras cuando asamos pollo en casa. En los recetarios anglosajones es muy típico encontrar muchas recetas con rotisserie chicken, y yo sigo su ejemplo dándole salida en muchos platos para los días siguientes. Además es una carne que en frío combina muy bien con frutas como las frambuesas, y las fresas no iban a ser menos. Si no os ha contagiado el odio y cansancio hacia el vinagre balsámico, podéis añadir un poco a las fresas de este relleno, le va muy bien.