Me encantan las tartas de queso horneadas, las clásicas New York Cheesecakes que podemos hacer de mil y una formas, todas ellas deliciosas. En esta ocasión, he preparado la Ginger Cheesecake, la receta de la sorprendente tarta de queso y jengibre que de momento, es la que más me ha gustado de todas las que he hecho y probado.
La idea surgió tras probarla en el restaurante LUOS, un restaurante asiático de Madriddonde me la sirvieron a los postres y tras la experiencia, me decidí a hacer mi propia versión de esta tarta de queso que tiene como notas fundamentales su frescura y el toque cítrico oriental del jengibre que sorprende a todos los que la prueban.
Ingredientes para 4 personas
- Para hacer una tarta de 18 cm de diámetro necesitaréis 20 galletas de jengibre, 75 g de mantequilla, 1 tarrina de queso crema de 200 g, 3 cucharadas de nata líquida, 2 huevos, 3 cucharadas de azúcar, 1 trozo de jengibre
- Para la cobertura: 3 cucharadas soperas de mermelada de grosellas casera
Si habéis visto los ingredientes ya os habréis imaginado que vamos a usar el jengibre en todas las capas de esta tarta. Para la base, usaremos las galletas de jengibre. En esta ocasión he utilizado galletas de jengibre compradas que tenía en casa, pero también podemos usar las típicas de los muñecos de jengibre navideños. Las machacamos o molemos y las mezclamos con la mantequilla previamente derretida en el microondas.
Una vez hecha la mezcla de mantequilla y galletas molidas, la distribuimos en el molde apto para horno que vayamos a utilizar formando una capa de medio cm de altura. Para que quede bien compacta, presionamos con el dorso de una cuchara.
En un bol, mezclamos los ingredientes del relleno, es decir, los huevos, el azúcar, la nata líquida y el queso crema, sin batirlos en exceso, simplemente dejándolos bien repartidos. Una vez mezclados, rallamos el jengibre (1 cm es suficiente) y lo distribuimos en la mezcla. Si lo pensáis en otras tartas de queso similares lo que usamos es ralladura de limón.
Una vez mezclado lo volcamos sobre la base de galletas de jengibre y horneamos durante unos 25-30 minutos a 160º apagando el horno cuando la tarta aún esté un poco cruda en el centro y dejando que se enfríe en el horno con la puerta entreabierta. Así queda una tarta de queso jugosa. Cuando se enfríe, desmoldamos y decoramos con la mermelada de grosellas y una lámina de jengibre cortada en bastoncitos.
Tiempo de elaboración | 1 hora
Dificultad | Receta fácil
Dificultad | Receta fácil
Degustación
Esta receta de ginger cheesecake o tarta de queso y jengibre es excelente para ocasiones especiales cuando tenemos invitados ya que quedarán sorprendidos con el resultado. Si además usáis para la cobertura la mermelada de grosellas y jengibre que os enseñé hace tiempo, el resultado será totalmente inolvidable. ¿Te atreverás a prepararla?
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