En Italia biscotti es una palabra genérica que se usa para cualquier galleta, que en algún momento se internacionalizó para referirnos a los cantucci. Con su versión catalana de carquinyolis, la francesa de croquants y muchas otras variantes, el nombre es lo de menos: son un clásico de las sobremesas dulces.
Se pueden preparar añadiendo algo de mantequilla para que la masa sea menos dura y crujiente, y también admiten variaciones en el tipo de almendra -con piel o sin ella-, pero es esencial que sea un fruto seco de calidad. Con avellanas o pistachos quedan también deliciosos.